Cuando traer un evento a San Sebastián

Es, sin duda, una época ideal para los runners, ya que, durante estos meses, se celebra la emblemática Behobia-San Sebastián y la Maratón de San Sebastián, además de un sinfín de carreras de corta y media distancia.

Pero el otoño en Donostia es mucho más. Es sinónimo de eventos y festivales. Septiembre comienza con un espectáculo de color, cultura y tradición con la celebración de la Regata de la Concha donde las míticas traineras reman por la Bahía en busca de la ansiada Bandera. Un deporte que se remonta a tiempos ancestrales.

Y el mes termina lleno de glamour con el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Es también momento ideal para visitar el Museo Balenciaga, que esconde verdaderas joyas de la alta costura.

Octubre también es de cine, ya que los zoombies y personajes terroríficos invaden la ciudad en la Semana de Cine Fantástico y de Terror. Y en noviembre llega el turno de los libros con Literaktum, el festival sobre literatura con el que cerramos el capítulo del otoño en San Sebastián para dar paso al invierno.

Es la estación ideal para conocer las tradiciones más arraigadas del País Vasco como la Feria de Santo Tomás, el 21 de diciembre, donde la ciudad huele a txistorra y a talos recién hechos, y los trajes propios de la cultura vasca inundan las calles.

También es el mejor momento para vivir la experiencia de visitar una sidrería y degustar los menús típicos a base de bacao y txuleta, mientras haces Txotx entre barricas, o acudir a un partido de pelota.

Y en el mes de enero llega el día grande de la ciudad. El Día de San Sebastián. Una fecha emblemática en la que los donostiarras vestidos de soldados napoleónicos y cocineros hacen sonar sus redobles de tambores al son de la marcha de Raimundo Sarriegui durante 24 horas.

Es sin duda la época ideal para sentirte como un verdadero donostiarra disfrutando de la estampa de las olas rompiendo en el Paseo Nuevo y jugando con el Peine del Viento, o degustando las tradiciones gastronómicas de la cultura vasca.

Durante estos meses, los días se alargan y las temperaturas se suavizan por lo que es la temporada ideal para pasear por los 6 km del litoral o coger la tabla y disfrutar del surf en la Zurriola, una de las mejores playas del mundo para la práctica de este deporte.

Y para quienes gozan de la gastronomía, nada como conocer los txakolindegis, dónde se elabora el Txakoli, un vino característico del País Vasco, o visitar una quesería para aprender de la mano de los pastores cómo se elabora el queso Idiziabal de forma artesana y utilizando técnicas atávicas.

En esta época del año tampoco faltan los festivales, como Olatu Talka que sumerge la ciudad en olas de energía ciudadana. O el Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos, en el que Donostia muestra su clara decisión por extender entre visitantes y ciudadanía, una cultura de paz y convivencia.

Las temperaturas no son sofocantes, lo que permite disfrutar del turismo cultural, de un viaje en el tiempo en un funicular de 1902 hasta el emblemático Parque de Atracciones del Monte Igeldo, de la práctica de deporte al aire libre, de los paseos por la ciudad y de las escapadas a los montes que la rodean.

Las noches veraniegas tienen vida propia, con terrazas apacibles, música en vivo, y el ritual de tomarse un rico helado artesano.

Una época en la que las plazas de la ciudad se llenan de competiciones deportivas enraizadas en la cultura vasca como la sokatira, los harrijasotzailes o los aizkolaris. Y las calles se convierten en escenarios de eventos y festivales como el Heinneken Jazzaldia o la Quincena Musical. Una fusión perfecta entre contemporaneidad y clasicismo para conocer la esencia del País Vasco.